Tiene 18 años, ese es parte del problema. Pero no le pasa nada.
Canales va para crack. Tiene calidad de sobra, tiene caracter, humildad, y categoría para comandar la selección española junto a Javi Martínez, Thiago, Pedro León y Llorente durante muchos años. Pero no se le puede comparar, hoy en día, y así en frío, con Messut Ozil. Ni con Messi, ni con Raúl, ni con nadie.
Me parece muy bueno el tirón de orejas que le ha dado Mourinho. Tampoco la gilipollez, claro: cuando juega mal, hay que decirlo. Y ayer, contra el Murcia, jugo mal. Y en la primera vuelta de la eliminatoria, también. Y contra el Mallorca en el primer partido de Liga y, básicamente, en todos los partidos que ha jugado con la camiseta blanca, a excepción de la gira Americana de pretemporada. También, recordemos que llegó a tope después de jugar todo el año y disputar el Europeo Sub-19. Era normal que le llegara el bajón; en eso, me recuerda su caso a la vuelta del «Cuchu» Cambiasso al Real Madrid, versión 2002-2003, entrenado por Vicente Del Bosque.
Tras su cesión a Independiente durante año y medio, y otros seis meses en River Plate, donde se erigió como lider de un equipazo que ganó la liga y fue finalista de la Libertadores, el argentino llegó a Madrid como una moto, sólo dos semanas después de levantar la copa con River.
En la pretemporada dio un baño a todos, y se aseguro un puesto de titular en la medular junto a Makelele, y guardándole las espaldas a Zizou. En aquel momento, desbancó a gente como Flavio Conciençao, Helguera, Solari, Celades, McMannaman, Celades y Rivera… casi nada. El equipo carburó desde el primer partido de liga: Zizou, Cambiasso, Makelele, Figo; Raúl y Morientes. Impresionante sexteto atacante, que aseguraba largo recorrido en la retaguardia gracias a los pulmones de el francés y Cambiasso. Pero llegó noviembre, y su jovén cuerpecito veinteañero (veinte primaveras tenía por aquel entonces Esteban) le pidió un respiro.
El bajón en su juego fue notable. Un jugador acostumbrado a sobresalir a base de fuerza y físico, al perder el fuelle lo pierde todo. Es como esos delanteros que, pasada la treintena, pierden la velocidad y no son capaces de amoldar su juego a otro estilo (Papin, Henry, Robbie Fowler, Owen, etc.)
El «Cuchu» desapareció de los onces, y su puesto fue ocupado a trancas y barrancas por los Flavio, McMannaman, Solari, etc. La clase media, vamos, que se perdería dos años después y que creó el desbarajuste que, hasta este año, nadie ha sabido aliviar.
Tuvo otro año sin pena ni gloria en el equipo, y después salió con dirección al Inter de Milán, donde se llegó a consagrar como uno de los «mejores» medio centros del mundo. Campeón de Europa con el Inter, y líder de una pésima selección argentina en el Mundial 2010, pero líder al fin (de ahí el entrecomillado en lo de mejor).
No digo que Canales vaya a ser el crack que cambié una generación, pero tampoco lo ha sido Cambiasso, y sin embargo es un grandísimo jugador de equipo, que ha jugado cerca de 200 partidos con el Inter de Milan, lleva casi 10 años al más alto nível en Europa, ha jugado dos Mundiales, y puede decir que ha ganado la Champions League.
Paciencia con Sergio Canales, que ahí hay jugador para rato. Al tiempo.
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