Estuve en «Candyland»

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El lunes estuve en Candyland.

Recuerdo mi primera visita a Univision.com. Aquello me parecio Candyland. Tanta gente en sus cubiculos, sin paredes, sin ataduras, sin fronteras. Para mi, hasta entonces, las oficinas eran como la de mi padre: filas de despachos personales donde los trabajadores manejaban millones de dolares. Big shots, vamos. Nunca habia estado en un oficina de trabajadores, no de jefazos. Mi experiencia laboral hasta aquel entonces era la barra de Johnny Rockets, alguna que otra instalacion de cocinas de marmol con el hermano de Dario. Pero ir al trabajo bien vestido, sentarme en mi propio escritorio, y tener acceso a internet ilimitadp… aquello era Candyland.

Luego pase dos anyos en GolTV. Eso si que era Candyland para un aficionado al video y la produccion digital. Camaras, microfonos, el control helado, todas las teles con futbol 24 horas, las salas de doblaje en el sotano… madre mia! Estaba como un ninyo con zapatos nuevos.

Televisa, sin lugar a dudas, no era Candyland. Aunque para mi tenia un aura magica, porque en 2005 todavia recordaba el dia que fui con mi hermano, cuando el trabajaba en Deporte Internacional o Eres, no estoy seguro, y Andoni le metia texto a una nota con una foto de Zidane en pleno partido con Francia. Aquello era magico. Habia portadas gigantes colgadas por toda la oficina, y el encanto de trabajar en un medio «clasico» (quizas uno de los mas clasicos) hizo el resto. Cai rendido como un joven enamorado, pero como ya he mencionado: aquello no era Candyland. Ni mucho menos.

Durante esos tres anyos trabajando en ESPN Deportes La Revista, lo mas cercano a estar en Candyland fue cuando aterrice en Nueva York. La oficina de ESPN Magazine era la ostia. Portadas (de las buenas, no de Vanidades como en Televisa Miami) por todos lados, camisetas firmadas por Ronaldo, Emitt Smith, Michael Jordan, etc. Dioses del periodismo deportivo sentados alli, hablando conmigo, dandome un apreton de mano, y ademas, MIS portadas tambien estaban alli colgadas. Las entrevistas a Kaka, Cristiano Ronaldo, Nocioni, Manu y Oberto, Posada…todas alli, en fila, junto a la primera portada de ESPN Magazine, el NEXT issue de 1995. Si eso no es Candyland, no se bien que puede serlo.

O si lo se.

Tras mis dos anyos en Microsoft, donde lo mas cercano a llamarse Candyland es el hecho de que te dan Coca Cola gratis ( y eso que yo no bebo Coca Cola), ahora si se lo que es Candyland.


Candyland es el lugar donde pienso pasar la mayor parte mi tiempo en los anyos venideros. Y no me malentiendas, no digo que este nuevo lugar de trabajo sea mejor o peor que los anteriores, eso no lo sabre hasta dentro de unos meses, pero asi a primera vista, es Candyland.

Supongo que hay que empezar por hablar de las 2 cafeterias gourmet, abiertas de 7 de la manana a 8 de la noche. Totalmente gratis, estacion de desayuno (todo el dia, como en Denny’s), estacion de ensalada, de carne, de pescado, de dieta vegetariana y tambien vegana, y una estacion de postres para chuparte los dedos. Ademas, en cada esquina hay una «cocinita» con maquinas de cafe, pero sobre todo, con maquinas de espresso italianas y tazas de verdad!! Se acabo el cafe en vasos de papel, se acabo el espresso del restaurante «Emperador Elias» debajo de la estacion del tren M en Williamsburg (patetico).

Luego, tras una vueltecita por las oficinas, llaman la atencion la nintendo original donde puedes jugar Super Mario Brothers o Duck Hunt. Tambien la Atari con Mr. PacMan e, incluso, una Commodore 64. Mi brother Rotulo se cagaria trabajando ahi.

Justo antes de llegar a la zona donde estara mi cubiculo, una esplanada con 4 mesas de Ping-Pong, en esto si que se parece a Univision.com. En el sexto piso dan masajes gratis, y en el septimo hay una sala de juegos con televisiones, sofas, mesas de futbolin y de billar.

Ademas, el edificio es tan grande, que todo Dios vuela por los pasillos en scooters Razors. Si, como las de mis sobrinos Marcos y Sebas.

Hombre, tambien tendre que trabajar, pues siempre toca; pero si hay que hacerlo, donde mejor que en Candyland.

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New York, New York – ((ºJº))

Una noche espectacular en Central Park.A todo el mundo le gusta Nueva York.

Todo el mundo dice que le encantaria vivir en Nueva York, que es una ciudad espectacular, que tiene una energia especial, que se puede hacer lo que quieras cuando quieras, etc. Pero, a la vez, todo el mundo se queja del trafico, de la mala leche de la gente, de la suciedad, de la falta de modales de los peatones y/o de los taxistas, etc.

Quizas por eso todos quieren vivir aqui y, a la vez, acaban mudandose a Nueva Jersey o Conecticut cuando llega el momento de crear una familia. Todos quieren vivir en Nueva York, porque siempre hay gente en la calle, porque puedes comerte unos tacos a las 5 de la manana en cualquier esquina, pero luego el trafico, el ruido y el hecho de que ciertas personas esten alteradas por el frenetico ritmo de vida, acaba agobiandoles.

Pues yo digo que, mala suerte. Quien crea que existe un lugar perfecto, acorde con su estilo de vida y, aun mas importante e imposible, con su estado de animo, es un perfecto idiota.

O sea, que quiero tranquilidad cuando estoy estresao, pero tambien me gustaria que mi lugar de residencia tenga tal revuelo mediatico que Bob Dylan decida que es importante incluirlo en su proximo tour. Pues no me parece logico.

Nueva York es impresionante. La gente que he podido conocer en esta ciudad es la mas cosmopolita, variada, inteligente, integra, moral, esperanzadora, interesante, inspiradora y poca madre con la que me he cruzado en la vida. Siempre dispuestos a ayudar, a explicar como llegar a algun lugar, a charlar por el simple hecho de charlar, a recordarte por tu nombre, como se debe recordar a las personas, y ha montar los mejores eventos que jamas se podrian imaginar.

El sabado pasado, por ejemplo, hice una cola durante casi 2 horas para poder pasarme las siguientes dos horas sentado en la hierba de Central Park viendo el documental producido por Yoko Ono, «LennoNYC». El dia fue espectacular y la noche, aunque refresco bastante hacia el final, inolvidable.

Cerca de 3,000 personas se dieron cita en el pulmon de Manhattan para revivir la historia del genio que hubiera cumplido 70 anyos ese mismo dia. Entre los chistes de Lennon, las ocurrencias de Sean (que decia que su cancion favorita era «With a little help from friends») y la emocion de todos los musicos que trabajaron con el lider de The Beatles, el documental se paso volando, y lo que mas me llamo la atencion fue la gente que acudio. De todas las edades, de todos los colores, de todos los tipos y sabores, pero todos con algo en comun: el efecto que la musica de John Lennon ha tenido en nuestras vidas. Todos cantamos a coro las canciones post-Beatles de Lennon, y todos nos reimos con los «hits» de Yoko, como Kiss, Kiss, Kiss. Por Dios.

Fue la primera vez en mi vida que no me senti agobiado en un evento con tanta audiencia. Todo el mundo hizo la cola sin, efectivamente, colarse. Todo el mundo respetando al vecino. Todos entramos por una pequenya puerta y buscamos un lugar donde sentarnos, ordenadamente, procurando no molestar al espectador de detras, fijandonos que no ocuparamos mas sitio del necesario, para que mas personas pudieran entrar, e incluso dejando los pasillos de salida desocupados, tal y como nos indicaron.

El silencio en algunos momentos del documental fue casi sepulcral. El sonido de la ambulancia que llevo a John al hospital Roosevelt aquella fria noche de Diciembre de 1980 se hizo estremecedor a traves de los altavoces del parque; aparte de las sirenas, solo se podia escuchar el viento que soplaba en los arboles. En ese mismo instante, me fije como muchos de los alli presentes mirabamos al cielo, al viento, a las hojas, a la luna, y no dudo que muchos pensaramos que alli, entre nosotros, 70 anyos despues de su nacimiento y casi 30 despues de su muerte, estaba con nosotros Mr. John Winston Ono Lennon.

Nueva York es espectacular. Y esto solo fue una noche.

Nunca fui futbolista

No lo entiendo bien. No se porque e gusta. Nunca fui bueno, mas bien lento, torpon, con algun claroscuro tecnicamente de vez en cuando, pero fisicamente fragil y nunca destacado jugador de ningun equipo.

Bueno, quizas con Sunset Strikers llegue al culmen de mi carrera futbolistica. Jugando de mediocentro, subiendo y bajando, manejando los hilos del equipo, recuperando y creando, muy completos aquellos 9 meses a caballo entre milenio y milenio. Tal vez fue eso: el cosmos sabia que las cosas estaban cambiando y decidio darle un poquito de gloria a este esforzado peon.

El dia que fui Thierry Henry. Que pinta, eh?

Tan asi es la cosa que ni siquiera tengo fotos jugando de pequeno. Mi familia no solia venir a verme jugar al Patronato, si acaso mi madre, la pobre, que se tenia que tragar 2 horas en el frio de las tardes de invierno mallorquin, mientras yo correteaba junto a mis companeros del Alevin B, incluido mi inseparable Albert. Un dia, jugamos cada uno en un lateral, el en el derecho y yo en el izquierdo: perdimos 8-0 y nunca volvimos a jugar de defensas.

Quedamos penultimos de nuestra liga aquella temporada, alla por el ano 95, justo antes de mudarme a Miami. Solo le ganamos, 1-0, al Son Roca, y por eso quedamos por encimos de ellos. Luego, jugariamos la liguilla de la Consolacion, que disputaban todos los ultimos y penultimos de todos los grupos de Mallorca. Esa la ganamos! Y yo me destape como goleador: 3 goles (uno contra el Inca y 2 contra el Paguera) en 5 partidos.

Despues, una vez llegue a Miami, se acabo el rollo. Mi primer verano lo pase encerrado en casa, engordando tanto como pude, gracias a las guarrerias que se encontraban en los pasillos del Winn-Dixie cerca de casa, uno de los pocos lugares donde mi madre se atrevia a ir conduciendo.

Mis pequenyas glorias futbolisticas desde ese entonces se redujeron a algun que otro gol jugando con «los mayores» en el Tamiami, cuando mi hermano entrenaba con Rubro Negro, y poco mas. Pude jugar en Varsity en el instituto durante los 4 anyos, pero aburrido de sentarme en el banquillo durante los 3 primeros, el verano antes de mi ultimo curso lo deje. Una pena, porque fue entonces cuando alcance mi mejor nivel, y cuando los fines de semana presumia liderando a los Sunset Strikers, pero nada, todos cometemos errores.

Ahora, con solo 26 anyos, estoy cerca del retiro. El futbol ha llegado a convertirse en una gran frustracion para mi. Mis piernas no hacen lo que piensa mi cabeza, fisicamente no aguanto ni 10 minutos, y me vuelvo a casa mas estreseao de lo que llegue al campo.

Dice la cancion que «el amor es mas fuerte» y quizas, solo quizas, eso sea lo unico que me hago seguir intentandolo, para al menos llegar a un nivel donde me pueda divertir, y no solo pelearme conmigo mismo en mi cabeza. De momento, me he apuntado a un par de ligas a ver que tal, a ver si encuentro la inspiracion de nuevo; si no, en un par de meses estare escribiendo otro post titulado: Me retiro del todo.