Menuda semana de traspasos en la NBA.
Después de varios años en que las grandes transferencias brillaban por su ausencia, esta temporada se ha presentado espectacular en la materia. Tras el movimiento de Boston en verano, firmando a Ray Allen y Kevin Garnett, el cierre del mercado ha sorprendido a propios y extraños.
Después de pasarse medio año reclamando cambios en la franquicia de Memphis, Pau Gasol recibió el regalo de «La Bomba» Navarro, gran amigo y complice en la Selección española. El arranque, de todas formas, no fue todo lo que esperaban en Tennessee, y Gasol volvió a estar en boca de todos. Se rumoreó su posible traspaso a los Bulls, que finalmente no quisieron hacer frente al contrato del catalán ni perder a alguno de los jugadores que tienen en plantilla (Deng, Gordon, Nocioni, etc.), pero Pau acabó firmando por Los Ángeles, consiguiendo que las opciones de título de los Lakers salieran propulsadas del probable al eminente. Bynum, Odom, Kobe y Pau conforman una plantilla de ensueño que ahora consigue recolocar a jugadores en sus posiciones naturales (sobre todo a Lamar Odom) y que cuenta con una profundidad de banquillo encomiable; mientras Gasol pasa a formar parte de un equipo con verdadero potencial de anillo NBA y deja así de ser el siguiente candidato a convertirse en el Kevin Garnett del siglo XXI (buen jugador, mal equipo).
Claro, los hombres de Phil Jackson tuvieron que dejar marchar a Kwame Brown, jugador que prometía mucho más de lo que ha demostrado en la NBA (muchos dicen que por culpa del trato que le profirió Michael Jordan cuando compartieron vestuario en los Wizards). Ahora, Memphis se ha quedado con un equipo corto y sin mucho peso, pero cuenta con un par de buenas posiciones en las primeras rondas de los drafts 2008 y 2010, además del novato (prometedor) Javaris Crittenton, la posibilidad de ganar una gran cantidad de dinero del salary cap cuando Brown se convierta en agente libre el año que viene y los derechos de draft de Marc Gasol. Apuesta de futuro donde las haya.
Pero está no fue la único transacción que hizo temblar los cimientos de la NBA. Steve Kerr, manager de los Phoenix Suns, hizo una apuesta más que arriesgada en su primer año al cargo del equipo: canjeó a Shawn Marion por Shaquille O’Neal. El gigantón ex de los Heat lleva más de un año sufriendo por las lesiones musculares. Tras saldar su deuda con la afición de Miami en 2006 (ganó un anillo que prometió al llegar a la franquicia en 2004), Shaq no ha vuelto a ser el mismo, y su traspaso a los Suns parece su último esfuerzo por intentar ganar otro campeonato antes de enfilar el tunel de salida (cumplirá los 36 en marzo). Según ha reportado la prensa local y el Washington Post, la llegada de Shaq a Phoenix tiene el beneplacito de los pesos pesados del equipo (Nash, Stoudamire y Hill). Además, el pivot ha comentado que ya ha conversado varias veces con el base canadiense para dejarle claro que está bien físicamente y que no piensa defraudarlo. De todas formas, la apuesta de Kerr sigue siendo más que arriesgada (aunque el ex jugador de los Bulls se ha cansado de decir que el traspaso no se ha llevado a cabo para calmar la euforia en el oeste tras la llegada de Gasol a los Lakers) pues el equipo ahora se encuentra con tres jugadores en la recta final de su carrera —Nash 34, O’Neal 35, Hill 35— y un salary cap por las nubes. Además, y lo que es peor, es que el equipo, con Shaq en la cancha, no podra seguir practicando el estilo run-and-gun que tan buenos dividendos ha pagado a los hombres de Mike D’Antoni. Así y todo, el entrenador ha manifestado que, a pesar de estar convencido de que podían ganar el anillo de la NBA con Marion, Shaq les dará mayor presencia bajo ambos aros, pues es un especialista del rebote y el bloqueo. Está por verse, sin embargo, si el gigantón podrá mantener un estado de forma aceptable cuando lleguen los extenuantes partidos ante San Antonio, Dallas, Los Ángeles o Utah en los playoffs del oeste.
Y entonces, llegamos al gran beneficiado de todos estos movimientos: Shawn Marion. Un jugador peculiar, 4 veces All-Star, con unos números envidiables (en la temporada 2006-07 fue uno de los dos únicos jugadores —junto con Kevin Garnett— que se cólo en las listas top 40 de puntos por partido, rebotes por partido, porcentajes de tiros de campo, bloqueos por partido, robos por partido y minutos por partido) y considerado uno de los jugadores más versatiles de la liga. Junto a Amare Stoudamire, Leandro Barbosa, Steve Nash y Grant Hill se había consolidado como el pivot títular de uno de los equipos que mejor baloncesto desarrolla, pero que también sufre de parálisis mental cuando se enfrenta a uno de los grandes de su conferencia (récord de 14-13 contra equipos del oeste y 4-9 contra los otros 7 equipos en posición de playoff en su división).
Por eso, Marion, definitivamente, ha sido el más beneficiado de los cambios que se han dado en este cierre del mercado. Matrix va a pasar los próximos 6 meses dorándose la piel en el sur de la Florida, y luego decidirá si continúa con su última temporada de contrato (por la cual cobraría $17 millones) en caso de que Pat Riley pueda ofrecerle un proyecto para competir por el campeonato, o si opta por romper su contrato y convertirse en el agente libre más apetecible del mercado.
Al bueno de Shawn se lo han puesto a pedir de boca.
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